Tu cuerpo pasa por muchos cambios cuando estás embarazada, así como tu dieta.  Eliminas los crudos, dejas el alcohol, y te llenas de nutrientes necesarios para la salud de tu niño.  De alguna forma, el pre y post-natal consiste basicamente en alimentarte lo mejor que puedes.  Y aunque muchos de estos principios de maternidad han existido desde hace décadas, los estudios en el área continúan examinando nuevas asociaciones entre la nutrición durante la gestación y la salud del recién nacido, incluyendo recientes hallazgos que podrían cambiar tu forma de pensar a la hora de elegir que pondrás en tus comidas.

Aquí 4 recomendaciones dietéticas sorprendentes para que las tengas en consideración y consultes con tu médico obstetra:

1. Cuestiona los edulcorantes artificiales:

Un nuevo estudio publicado este mes en la publicación de pediatras más reconocida de los Estados Unidos (JAMA), encontró que las mujeres que consumen al menos una bebida endulzada artificialmente al día durante el embarazo tenían el doble de probabilidad de tener un niño con sobrepeso al cumplir su primer año, en comparación a aquellas que evitaron consumir este tipo de refresco.  Una posible explicación es que nuestro metabolismo se programa en el útero, y la constante exposición a estos edulcorantes artificiales puede cambiar la forma en que nuestro cuerpo reacciona al azúcar real, causando un aumento en la ganancia de peso.

Los hallazgos, que forman parte del Estudio de desarrollo longitudinal infantil canadiense, no mostraron ninguna correlación con el peso corporal fetal, lo que sugiere que los efectos de los edulcorantes artificiales podrían surgir más adelante en la vida y posiblemente tener un impacto duradero.

2. Aumenta el consumo de PUFA

Comprar kéfir EspañaLos ácidos grasos poliinsaturados, mejor conocidos como PUFA, y probióticos, podrían disminuir el riesgo de alergias de acuerdo a una reciente investigación. “Los recién nacidos adquieren su primera microbioma intestinal de sus madres durante el parto”, explica la Dra. Azad, líder de estos estudios mencionados y profesora asistente de pediatría en la Universidad de Manitoba. Este mini ecosistema está lleno de microorganismos que mantienen nuestro sistema inmunológico fuerte. Los PUFAs pueden mejorar cómo ciertas células responden a sustancias extrañas, mientras que los probióticos optimizan las bacterias beneficiosas para la defensa contra los patógenos. Buenas fuentes de estos ácidos grasos incluyen el aceite de nuez y las semillas de lino; en cuanto a probióticos, el yogur y el kéfir son los más recomendados.

3. Abarca todas las especias que desees:

Durante años, a las mujeres se les dijo que debían ingerir alimentos blandos durante la lactancia, por temor a que los picantes pueden disuadir al bebé de alimentarse bien. Estudios recientes refutan la teoría: De hecho, los recién nacidos tienden a preferir la leche materna por más tiempo cuando sus madres tienen una dieta que incluye sabores aromáticos, tales como el ajo y vainilla. “Los bebés se amamantan por más tiempo cuando están expuestos a todo tipo de sabores”, dice Julie Mennella, PhD, biopsicólogo en el Centro Monell Chemical Senses que ha sido autor de numerosos estudios sobre el tema.  Y mientras más variadas son sus comidas, lo más probable es que tu bebé va a acepte más facilmente nuevos alimentos, también.

4. No escatimes en colina:

El ácido fólico, hierro y calcio por lo general encabezan la lista de los nutrientes más recomendados cuando estás esperando un bebé. Sin embargo, estudios recientes muestran que la mayoría de las mujeres, no consumen niveles adecuados de colina, un nutriente clave que es importante para el desarrollo cerebral del feto, dice la nutricionista Linda Sebelia, RD, profesor adjunto en la Universidad de Rhode Island. Buenas fuentes de colina incluyen los huevos, tofu, carne de res magra, y coles de Bruselas. Apunta a 450 miligramos al día si estás embarazada y 550 miligramos al día si estás en periodo de lactancia.

Fuente: E Online Latino (http://la.eonline.com)

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