Lo dicen montones de estudios: los probióticos y prebióticos presentes en fermentados y alimentos ricos en un tipo de fibra vegetal (no digerible) alivian la depresión y trastornos intestinales.
Estos son los alimentos que los contienen:
- Prebióticos. Están en alcachofas y espárragos; ajos, cebollas y puerros; verduras de hoja verde (incluidas las hojas del diente de león); cebada, avena y linaza; legumbres; fresones y plátanos no maduros… y también en suplementos. Actúan como alimento para las bacterias intestinales beneficiosas.
- Probióticos. Están en fermentados como el yogur, el kefir, el kimchi, el chucrut y en suplementos. Son cepas de bacterias beneficiosas que ayudan a mejorar la microbiota o flora intestinal (conjunto de bacterias que viven en tu intestino).
Y esto es lo que dicen investigaciones recientes:
- Que los prebióticos ayudan a reducir la ansiedad y la depresión. Un estudio de la Universidad de Oxford vio que los sujetos que tomaron prebióticos a diario durante tres semanas redujeron sus niveles de cortisol (hormona del estrés) y acabaron prestando menos atención a las informaciones negativas y más a las positivas que los que tomaron un producto similar pero sin probiótico (placebo). ¡Justo el efecto que buscamos en los antidepresivos y ansiolíticos!
- Que mujeres que toman yogur (rico en probióticos) dos veces al día mejoran su respuesta al estrés y a las emociones negativas. Lo vio un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA “Los pacientes cuentan a menudo que sus problemas de ansiedad y depresión coincidieron con la aparición de trastornos intestinales”, explicaron los expertos, y añadieron que “el estudio demuestra que la conexión intestino-cerebro tiene doble dirección”.
- Otro estudio de hace pocas semanas realizada por expertos de la Universidad Mc Master (Ontario, Canadá) y científicos de Nestlé ha comprobado que el probiótico Bifidobacterium longum NCC3001 (en yogures y suplementos) ayuda a aliviar tanto el colon irritable como la ansiedad y la depresión. Imágenes de resonancia magnética indican que “la mejoría tiene que ver con cambios zonas cerebrales relacionadas con el control del estado de ánimo”.
¿Podrían la depresión y otros trastornos mentales e intestinales tratarse en el futuro con cócteles de prebióticos y probióticos? La respuesta de los expertos es que “no creemos que se empleen como tratamiento único, pero sí como tratamiento complementario”.
Mientras el tema se aclara, yo me he preparado de cena unos espárragos verdes con huevo a la plancha y salsa de yogur con mostaza, limón y cebollino. ¿No te suena apetitoso? ¡A mí me levanta el ánimo!