“La inflamación es una respuesta de nuestro sistema inmunológico, en términos generales, a invasores extraños”

Por Vanna Pedraglio
Coach deportiva y nutricional

El término inflamación solía asociarse a enfermedades agudas, pero hoy también lo escuchamos relacionado a la dieta. Deriva de un vocablo latín que significa encender fuego, pero nos referimos a ella cuando sentimos una hinchazón. La inflamación es una respuesta de nuestro sistema inmunológico, en términos generales, a invasores extraños. Por la industrialización, estos invasores no son solo virus y bacterias, también pueden ser sustancias químicas o aditivos que se encuentran en nuestras mesas.

Por eso, hoy la inflamación ya no es solo un término médico. Es también una reacción alérgica ante muchas sustancias o alimentos. Entre los que debemos evitar si no queremos crear inflamación en nuestro cuerpo tenemos:

  1. Alimentos procesados: Nuestro organismo no tiene la capacidad de metabolizar los químicos artificiales (colorantes y conservantes) presentes en los alimentos procesados. Peor aún, no reconoce estos ingredientes como alimento (es que, bueno, ¡no lo son!) y reacciona activando el sistema inmunológico.
  2. Harinas y azúcares refinadas: Aquí tenemos el azúcar blanca de mesa, el jarabe de maíz alto en fructosa, y en su mayoría los alimentos de color blanco (pan, pastas, galletas, etc.). Ellos provocan un pico de azúcar repentino en la sangre, por lo que elevan los niveles de insulina creando un altibajo constante de esta hormona y desencadenando una reacción inmune. Su consumo recurrente puede llevar a un estado de inflamación crónica con síntomas como fatiga, cambios de humor, dolores de cabeza y malestar general.
  3. Leche y sus derivados: Pueden causar una respuesta alergénica al ser reconocidos como invasores, pues nuestro cuerpo no está diseñado para procesar tanta cantidad de caseína (proteína de la leche) ni lactosa (azúcar de la leche).
  4. Carnes rojas: Al digerir las carnes rojas, el cuerpo produce un químico llamado Neu5gc, contra el cual se genera en nuestro interior una respuesta antiinflamatoria.
  5. Cereales con gluten: El trigo, el centeno y la cebada son algunos de los cereales que contienen gluten. Hay otros cereales como el maíz, el arroz o el trigo sarraceno que también lo contienen. La diferencia entre ambos grupos es que en el primero el gluten contiene una molécula que se llama gliadina. Cuando la gliadina se vuelve soluble en agua, puede unirse a las células de tu cuerpo libremente. Si eres sensible, tu organismo creará anticuerpos y atacará las células de gliadina a las que se ha adherido, tratando a esas células como una infección. Por eso, el gluten puede tener un efecto devastador en tu salud en general.
  6. Los aceites vegetales: Son frecuentemente utilizados en la cocina para freír y muy ricos en omega-6. Un abuso en su consumo desequilibra el balance óptimo de ingesta que debemos tener entre el omega-3 (antiinflamatorio) y el omega-6 (inflamatorio).

También es importante dar ejemplos de alimentos que tienen un efecto antiinflamatorio. Entre ellos encontramos la cúrcuma (considerada el ibuprofeno natural), las semillas de linaza y chía por su alto contenido en omega-3, los vegetales de hoja verde, los alimentos probióticos como el kéfir, el yogur griego o los fermentados y, por supuesto, las bayas o frutos del bosque con todo su arsenal de antioxidantes.

Fuente: Publi Metro (https://publimetro.pe)

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