El kimchi, un encurtido milenario de origen coreano, es uno de esos alimentos (junto con el kéfir o yogurt búlgaro, y el sauerkraut, también conocido como chucrut, que no es otra cosa que col fermentada) cuyo consumo se traduce en un montón de beneficios para quien lo integra a su dieta. No por nada ha sido catalogado por la revista Health entre las comidas más saludables del mundo.
En Corea forma parte del banchan, que es como se llaman las guarniciones que se sirven con los alimentos. Generalmente se prepara con col, jengibre, cebollín, ajo y rábano, aunque hay muchas variantes de la receta original. Todos estos ingredientes, poseen por sí solos propiedades antioxidantes y regenerativas, pero al mezclarse y fermentarse (el proceso de fermentación, donde todos los ingredientes reposan en un frasco bien cerrado, puede tardar entre cinco días y dos semanas), se convierten en un superalimento.
Su sabor es fuerte y algo picante, pero es tan versátil que se lleva bien con casi cualquier platillo. Se puede comer con sopa, ensalada, platos fuertes, mezclado con arroz, dentro de un sándwich e incluso a cucharadas.
En Estados Unidos existe una compañía coreana llamada Mama O’s Premium Kimchi que hace llegar el producto no sólo a diversas tiendas y mercados orgánicos, sino hasta la puerta de tu casa.
Sin embargo, siempre existe la opción de prepararlo en casa y para eso aquí te compartimos una receta:
Ingredientes:
- 1 cabeza mediana de col o repollo
- 1/4 tz de sal marina o sal kosher
- 1 Cda de ajo rallado (cinco a seis dientes)
- 1 cdita de jengibre rallado
- 1 cdita de azúcar
- 1-5 Cda de hojuelas de pimiento rojo coreano o gochugaru (se puede conseguir en Amazon)
- 8 oz de rábano coreano o daikon, peladas y cortadas en juliana
- 4 manojitos de cebollín picado
Preparación:
- Corta la col o repollo en cuatro partes y remueve el centro. Corta cada cuarto en tiras de dos pulgadas de ancho aproximadamente.
- Coloca la col en un tazón grande con sal. Utiliza las manos para masajearla hasta que empiece a ablandarse un poco. A continuación, añade agua hasta cubrirla. Pon un plato sobre la mezcla y un objeto pesado encima, como un frasco o una lata de frijoles. Deja reposar durante 1 ó 2 horas.
- Lava la col con agua fría tres veces y drena en un colador por 15 a 20 minutos. Enjuaga y seca el recipiente que usaste para salarla y resérvalo para el paso 5.
- Por separado combina el ajo, el jengibre, el azúcar y 3 cucharadas de agua en un tazón pequeño. Mezcla hasta formar una pasta suave. Agrega las hojuelas de pimiento coreano al gusto (de una a cinco cucharadas).
- Combina las verduras y la pasta. Aprieta suavemente la col para que escurra el agua restante y devuelve al recipiente junto con los rábanos, el cebollín y la pasta.
- Usando las manos, mezcla y fusiona todos los ingredientes. Que la col quede bien cubierta.
- Introduce el kimchi en un frasco, presionando hacia abajo hasta que la salmuera cubra las verduras. Deja por lo menos una pulgada de espacio entre la tapa y el contenido. Sella el frasco con la tapa.
- Para la fermentación: deja el frasco a temperatura ambiente durante cinco días. Es posible que se aprecien algunas burbujas en el interior o que la salmuera se filtre por arriba, por lo que es recomendable colocar un tazón o plato bajo el frasco por cualquier desbordamiento.
- Presiona las verduras hacia abajo con una cuchara limpia (esto libera los gases producidos durante la fermentación). Cuando el kimchi sepa lo suficientemente bien para tu gusto —luego de 5 días, más o menos— guarda el frasco en el refrigerador. Se puede comer de inmediato, aunque sabe mejor y queda en su punto después de una o dos semanas.