La nueva bebida que arrasa en Los Ángeles promete desintoxicar, ayudar a la digestión y fortalecer el sistema inmune. Y sí, también puede hacerse en casa

Para algunos es el elixir de la vida: la kombucha es la bebida estrella en Los Ángeles, al menos, de momento. Pocas ciudades en el planeta tienen habitantes tan obsesionados por la salud y los alimentos que ingieren como Los Ángeles. Hay que vivirla para entender desde la caza de brujas contra los carbohidratos, el azúcar, químicos y aditivos, hasta la búsqueda de sustancias y productos que combatan las enfermedades y el envejecimiento. Ahora, millones de viandantes expertos en nutrición se unen para declarar a la kombucha, casi, casi, como una pócima mágica.

Este té fermentando, que durante la dinastía china Tsin (allá por el año 221 a.C.) era llamado el Té de la Inmortalidad, ha sido utilizado en la cultura europea desde hace siglos, aunque fue en Japón, en el año 415, cuando recibió el nombre de kombucha. Su popularidad ha alcanzado su máximo durante la última década y son muchas las compañías que producen esta bebida, de la que sus adeptos juran que ayuda a la digestión, a perder peso, a desintoxicar; estimula el sistema inmune, previene el cáncer, la pérdida de pelo y ayuda al hígado a funcionar.

En realidad, la kombucha es un té fermentado de bacteria con levadura y azúcar. Una bebida comúnmente llamada té de champiñón porque, en el proceso de descomposición, la bacteria y la levadura crecen hasta convertirse en una masa con la forma del mencionado hongo. La kombucha se vende en todo tipo de supermercados de dos formas, pasteurizada y sin pasteurizar, con sabores de distintas frutas o con su amargo sabor natural. Hasta la fecha, ningún estudio hecho sobre la bebida ha dado resultados espectaculares; de hecho, no se recomienda a mujeres embarazadas ni a aquellos enfermos con un delicado sistema inmune. Vamos, que no es una poción mágica, a pesar de que sea potencialmente saludable cuando se toma con moderación.

Kombucha, una infusión con propiedades probióticas

Es una bebida ligeramente efervescente, de sabor agridulce y altamente ácida, que contiene vitamina B, antioxidantes, una pequeña cantidad de alcohol y treinta calorías por botella. Los más atrevidos fermentan su propio elixir en casa, una preparación que necesita entre siete y catorce días pero que exige buena técnica y unas condiciones sanitarias difíciles de conseguir fuera de un laboratorio.

El éxito de esta bebida milagrosa ha hecho que el supermercado Whole Foods, dedicado a productos naturales y orgánicos, reportara el año pasado quinientos millones de beneficios solamente con este té. En esta época estival, la sangría de kombucha se ha convertido en tendencia por ser una de las bebidas refrescantes del verano. ¿La receta? Basta con sustituir el vino por kombucha de arándano (o ponerle vino vegano) para luego añadir zumo de limón, zumo de naranja, un vasito de sirope de agave y frutas cortadas. Realmente delicioso.

Fuente: Vogue (www.vogue.es)

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