Los mejores alimentos para el invierno son aquellos que te ayudan a prevenir enfermedades del sistema respiratorio: resfriados, faringitis, bronquitis… Sigue estos consejos para potenciar el funcionamiento del sistema inmunitario.
Alimentos de temporada
Para empezar, es muy importante apostar por los alimentos de temporada, que curiosamente tienen propiedades que ayudan a combatir infecciones propias de esta estación, en especial las del aparato respiratorio. Las cebollas, los ajos y los puerros contienen compuestos ricos en azufre que fortalecen las mucosas ayudan a los pulmones y tienen propiedades antisépticas y mucolíticas.
Las crucíferas como la col, el brócoli o la col de Bruselas también son esenciales durante la época de frío, así como la escarola o la alcachofa. Todas estas hortalizas son ricas en vitaminas y minerales. La vitamina C tiene un papel fundamental en la función inmunológica. La vitamina A -presente en la calabaza, la zanahoria, el pomelo, el brócoli y las espinacas- ayuda a la formación y mantenimiento de la piel y de las mucosas.
Platos de cuchara
Es importante evitar o reducir el consumo de alimentos crudos o fríos, que son más difíciles de digerir en invierno y que, además, apetecen menos. Los potajes, los estofados de legumbres, las sopas y las cremas de verduras son excelentes aliados para calentar el cuerpo. Además, si añades pequeñas cantidades de jengibre, potenciarás la digestión y calentarás el cuerpo.
Cítricos y compotas de fruta
La fruta es una excelente aliada de la salud durante todo el año. En invierno conviene apostar por los cítricos (ricos en vitamina C), las granadas (antioxidantes), las manzanas y las peras. La mejor forma de tomar estas últimas cuando hace frío es en compotas elaboradas sin endulzantes adicionales y aderezadas con canela, que también calienta el cuerpo.
Alimentar la microbiota
Las bacterias intestinales también tienen un papel fundamental en la prevención de infecciones y enfermedades. Probióticos como el yogur, el kéfir, el miso o el chucrut; y prebióticos como la avena, la cebada, el trigo, las legumbres y las alcachofas, por ejemplo, deben estar presentes en la dieta.
Finalmente, beber cantidades de agua, ya sea a temperatura ambiente o caliente en infusiones, te ayudará a regular la temperatura corporal.