La decana de Ciencias Exactas, Graciela De Antoni, explicó que el producto “facilita el tránsito intestinal; inhibe microorganismos contaminantes de alimentos; es bactericida sobre enteropatógenos y disminuye las infecciones de escherichia coli enterohemorrágica (causada por ingesta de carnes mal cocidas), salmonella y giardia intestinalis”.
“Asimismo -añadió- aumenta las defensas inmunológicas del organismo, además de contar con las vitaminas de la leche. Es mejor que un yogur”, enfatizó la investigadora, para señalar que “puede manipularse en condiciones no ideales, porque no se contamina”.
“A los comedores llevamos las jarras, los coladores y los gránulos y les enseñamos a preparar el alimento. Pero aspiramos a que las madres lo puedan hacer en sus casas para que los niños coman allí”, concluyó.
Con todo, el Kefir ya es un alimento clave para chicos necesitados que asisten a comedores de La Plata, Berisso y Ensenada.