Un estudio descubrió el poder de un grupo de bacterias para ayudarte a proteger tu hígado del consumo de alcohol: los probióticos.
Salir de fiesta cada fin de semana y tomar alcohol hasta sentir euforia, desinhibición o sueño puede ser divertido, pero hacerlo de forma recurrente —aun sin llegar a la embriaguez— puede dañar seriamente tu hígado, el órgano que se encarga de procesar el alcohol y evitar que sea aún más nocivo para tu organismo.
Los excesos de los veinte (y más allá) pueden provocar cirrosis hepática o principios de esta enfermedad, un problema de salud que consiste en la destrucción de las células hepáticas y que a la larga, puede ser mortal.
Aunque reducir tu consumo de alcohol es el primer paso para evitar esta enfermedad irreversible, no es suficiente. También es necesario hacer ejercicio con frecuencia y tomar agua, recomendaciones que en cualquier consultorio médico; sin embargo, un estudio descubrió el poder de un grupo de bacterias para ayudarte a proteger tu hígado del consumo de alcohol: los probióticos.
¿Qué es un probiótico?
El microbioma es el conjunto de microbios que viven en el cuerpo humano, especialmente en el estómago y tracto digestivo. De la misma forma que una selva tiene un clima específico con distintas especies de plantas y animales, el microbioma aloja diversas formas de vida microscópicas que crean un ambiente único que se mantiene en equilibrio, crece y se desarrolla con el paso de los años en la vida de un individuo.
Esta enorme colonia de microbios varía de persona a persona en función de sus genes, hábitos y un conjunto de factores que definen las comunidades de bacterias que crecen dentro de sí desde su nacimiento. La combinación es tan única como una huella digital y los probióticos son bacterias que se consumen para aumentar la cantidad de estos microorganismos benéficos para el cuerpo humano.
Un estudio de la Universidad de Emory en Atlanta, demostró que el Lactobacillus rhamnosus, una bacteria presente en lácteos que se considera benéfica para el organismo, es capaz de estimular la producción de una proteína encargada de regular los antioxidantes y por lo tanto, de proteger el hígado del daño causado por medicamentos, consumo de alcohol y otras sustancias nocivas.
¿Qué alimentos tienen probióticos?
La forma más sencilla de encontrar probióticos es buscándolos en productos naturales no procesados, pues los distintos procesos a los que se someten los alimentos industralizados —como la pasteurización— acaban también con las bacterias benéficas para el organismo.
El Kéfir o búlgaros es una de las mejores fuentes de probióticos. Lo mejor es recibir ‘regalado’ un poco para después mantenerlos fermentando y crear una colonia propia, sumergidos en agua o leche y en el refrigerador. El suero puede beberse como si se tratara de un licuado o bien, acompañar con fruta como un yogur.
En el caso de los productos procesados es necesario poner atención a la etiqueta para encontrar fuentes de probióticos. Están presentes en el yogur natural, en algunos tipos de quesos (como el gouda) y en productos de soya. Es necesario leer la información nutrimental de cada producto para comprobarlo (algunas marcas suelen llamarlos cultivos vivos, o simplemente lactobacilos).