Leche fermentadas como el kéfir, el jengibre o la soja son alimentos de otros países que se han puesto de moda y que se están incorporando a la dieta del Mediterráneo.

Soja, quinoa, kéfir, cúrcuma, semillas de lino o de chía…alimentos que se asocian a una dieta sana y ecológica procedentes de América y Asia ¿Qué aportan a la dieta mediterránea? ¿Son solo alimentos que están de moda?

Sí, estos alimentos están marcando tendencia. Cada vez más personas incluyen alguno de ellos en sus hábitos alimenticios o, por lo menos, los prueban atraídos por sus beneficiosas propiedades naturales.

“Habrá alimentos que se queden y otros que pasen de largo. Y los que permanezcan lo harán porque son del gusto de la gente, por sus buenas cualidades o por su precio”, considera Rosa García Alcón, secretaria de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), quien recuerda que ningún alimento tiene, por sí mismo, la cualidad de equilibrar una dieta, sino que es el conjunto de ellos.

Para la dietista-nutricionista Cristina Cid, asesora del Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), no hay ninguna duda de que estos alimentos están marcando tendencia, pero, apunta, “no por eso hay que lanzarse a por ellos y cambiar nuestra alimentación, se puede ir probando y variando, valorando lo que aportan y en función de nuestras necesidades”.

Complemento a la dieta mediterránea

Los alimentos como kéfir, soja, quinoa, jengibre, semillas de lino y chía o cúrcuma no forman parte de las costumbres alimentarias del sur de Europa, pero su incorporación a la dieta es bienvenida, como en su día se hizo con otros que llegaron de América, como el tomate, el arroz o la patata.

Son alimentos que poseen importantes cualidades nutricionales en el conjunto de una dieta sana y equilibrada y que puede complementar sin perjuicio alguno a la tradicional dieta mediterránea basada en verduras, frutas, cereales, pescado, lácteos y aceite de oliva.

“Nuestra dieta mediterránea, si se hace en condiciones, nos aporta muchas de las cualidades beneficiosas de esos alimentos, no es necesario añadirlos, pero tampoco es malo hacerlo, depende del gusto de cada persona”, afirma la dietista-nutricionista García Alcón quien recuerda que esta dieta tiene probadas científicamente su propiedades preventivas ante enfermedades cardiovasculares y el cáncer de mama.

La especialista Cristina Cid coincide en el valor de la dieta mediterránea por sí misma, aunque se puede enriquecer con estos nuevos alimentos, como el kéfir en el desayuno o pan de harina de espelta o centeno, entre otros. “Soy defensora de la dieta mediterránea tradicional pero se está perdiendo al consumir más carne roja y bollería y menos verdura y fruta. Además, debemos tomar más hidratos de carbono (legumbres), pero sin asociar con grasas animales, y dejar a un lado el sedentarismo”.

Desde poder anticancerígeno a efecto saciante

Las nutricionistas Rosa García Alcón y Cristina Cid hacen una radiografía de las propiedades de unos alimentos que poco a poco se están adoptando en la cultura mediterránea:

Soja

Es uno de los más conocidos, aunque en su versión brotes o bebidas de soja. Pero en realidad la soja es una legumbre amarilla más pequeña que una lenteja que se puede cocinar en guiso como cualquier leguminosa o cocida para añadir en la ensalada.

Es muy rica en aminoácidos y en proteína de alto valor biológico que puede ayudar al exceso de proteína animal de la dieta actual.

Quinoa

Aunque muchos lo creen, la quinoa no es un cereal y por tanto es apta para personas con celiaquía. Se trata de uno de los principales cultivos de los países andinos.

Se debe lavar antes para quitar la cubierta y después cocer para tomarla en guisos, ensaladas, en cremas o sopas junto a otras verduras e incluso como hamburguesa vegetal.

Es rica en ácidos omega 6 y 3, grasas insaturadas, que previenen problemas cardiácos y neurodegenerativos, además de en fibra, potasio, magnesio, calcio, fosforo, y vitamina E (antioxidante).

Kéfir

El kéfir es leche fermentada por un hongo. Su textura es más basta que la de un yogur y su sabor más fuerte. Se toma como lácteo en sustitución de la leche o el yogur.

Además de ayudar al sistema inmunológico, se trata de un probiótico que tiene la capacidad de hacer que aumente la cantidad de las bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal.

Semillas de lino y de chía

La forma de consumir las semillas de lino es triturándolas para asimilar mejor el ácido graso del interior, aunque también se pueden tomar deshidratadas con un vaso de agua. Dos cucharitas mezcladas con leche o un yogur en el desayuno son ideales para combatir el estreñimiento, como la chía, en una dieta rica en frutas y verduras.

Las semillas de chía tiene un alto poder saciante por la fibra soluble que aumenta su tamaño retardando la digestión y controlando el hambre. Son utilizadas en dietas de adelgazamiento.

Tanto las de lino como la chía son semillas ricas en vitamina E, en ácido fólico y calcio, especialmente la chía. Una cucharadita de chía, unos 20 gramos, corresponde a un vasito de leche.

Avena

Este cereal es de fácil consumo. Se puede tomar con yogur, leche, tortitas…y existe bebida de avena. También produce un efecto saciante. Tiene mucha fibra que ayuda al tránsito intestinal.

Centeno

Un cereal con mucha fibra, que se asimila fácilmente y combate el estreñimiento. Es muy típico el pan de centeno caracterizado por su color oscuro.

Espelta

Es un tipo de trigo con el que se hace pan, harina, pasta….que tiene menos proteína que el trigo duro por lo que resulta más digestivo para aquellas personas con problemas estomacales. Rica en aminoácidos, magnesio, potasio, fibra y ácido silícico.

Es más cara al haber menos cultivos, la mayoría de producción ecológica. No apta para celiacos.

Trigo Sarraceno

No es un cereal, es una semilla que trajeron los árabes. Es más basto que la espelta pero de composición similar. No lleva gluten y con él se hace pan, pasta, harina.

Cúrcuma

Es una especia que procede de India. Es uno de los componentes del curry, utilizado como aderezo gastronómico para acompañar carne, pescado, pollo. Se aconseja añadir a los alimentos en lugar de colorante, por su color amarillo, además de sustituir a la sal por su sabor intenso.

La curcumina tiene capacidad anticancerigena al inducir la muerte celular e impedir la multiplicación irregular de las células, además de ser antiinflamatoria y antioxidante.

Jengibre

Es un tubérculo. Bueno contra los mareos, nauseas y vómitos, evita gases y activa la producción de saliva y de los jugos pancreáticos. Además de tener una función antibiótica.

Se puede tomar rallado, como condimento, pero también como un ingrediente gastronómico más.

En los supermercados encontramos avena, quinoa o soja cada vez con mayor facilidad pero el resto de productos todavía hay que buscarlos en herbolarios y tiendas ecológicas, lo que encarece su precio.

Fuente: EFE Salud (www.efesalud.com)

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