Hoy te traigo una receta muy sencilla y muy sana, de las que tanto me gustan… Se trata de un batido de kéfir y grosellas negras. Si no tienes kéfir puedes hacer dos cosas: puedes sustituirlo por leche, yogur o alguna bebida vegetal, o también ¡puedes pedirme que te regale un trocito! Si quieres saber un poco más sobre el kéfir y los beneficios de tomarlo a diario, aquí te puedes informar.
Si ya me conoces un poquito, sabrás que llevo ya muchos meses desayunando a diario medio litro de kéfir batido con alguna fruta de temporada. Las combinaciones son muchas y no merece la pena recopilar las recetas de todos mis batidos, pero hay algunas que considero que sí debo compartir. Es el caso de este batido con grosellas negras, porque es un fruto que poca gente come crudo. Leo en la Wikipedia (jejeje) que «su sabor amargo y muy ácido evita que se consuma cruda» (fin de la cita). Sinceramente, ¡no creo que sea para tanto! Se pueden comer crudas perfectamente, pero sí es verdad que son muy ácidas y por eso se suelen emplear más bien para hacer elaboraciones de repostería. Como el otro día coseché seiscientos gramos de grosellas negras muy maduras, además de dos batidos decidí hacer una mermelada con grosellas, panela y agua. El resultado: ¡espectacular!
Las grosellas son una fuente increíble de vitamina C, y las negras mucho más que las rojas. Por eso son tan ácidas (piensa en las naranjas y los limones, por ejemplo). Esta vitamina, junto con los carotenoides, que también abundan en todos los frutos del bosque, hacen de las grosellas negras un increíble antioxidante con el que se neutralizan los radicales libres causantes del envejecimiento del organismo y de múltiples enfermedades degenerativas, cardiovasculares y respiratorias.
Si el problema para consumir grosellas crudas es su acidez, aquí tienes la solución. Como si de un vino se tratase, he buscado un buen maridaje para estos simpáticos frutos. La acidez se equilibra con un elemento graso, así que a mi batido le he añadido una de mis grasas favoritas… ¡y ha sido una idea excelente! Aquí te dejo la receta, ¡espero que la pruebes!
Ingredientes
- 200 ml de kéfir, leche, yogur o bebida vegetal
- 100 gr de grosellas negras (puedes usar arándanos o cualquier otro fruto del bosque o fruta en general que te resulte muy ácida)
- una o dos cucharadas de aceite de coco (podría sustituirse por ghee o mantequilla)
- un chorrito de sirope de arce o del endulzante de tu elección
Preparación
- Bate todos los ingredientes en una batidora de vaso… o con lo que tengas.
- Si puedes evitarlo, ¡no cueles el batido! En la piel de las grosellas se concentran muchos beneficios como la fibra y, según he leído, casi todo el sabor.
- ¡Disfruta!