La creme fraiche de kéfir es probablemente mi receta favorita de todas las que se pueden hacer con kéfir; ¡y he probado muchas! No sólo porque es deliciosa, sino también porque es muy fácil de hacer.
Descubrí cómo hacer creme fraiche con kefir accidentalmente hace unos años. Intentaba hacer un poco de helado de kéfir y para conseguir un helado más cremoso, quería añadirle más grasa a la receta. Decidí agregarle algunos granos de kéfir a un poco de nata, intentando hacer una especie de “nata kefirizada” para añadir al helado.
Dejé que reposaran los granos de kéfir en la nata toda la noche y por la mañana me sorprendió encontrar una masa casi sólida de nata kefirizada!
Me encantó el resultado, pero era muy difícil sacar los granos de kéfir de la crema al estar tan sólida.
Decidida a hacer “creme fraiche de kéfir”, busqué otra manera y decidí hacer una segunda fermentación (como se hace a menudo con el kéfir de agua y la kombucha).
Ingredientes
- 200 ml nata
- 2 cdta. kéfir de leche casero
Instrucciones
- Mezcla la nata con el kéfir de leche en una jarra. Cuanto más porcentaje de grasa tenga la nata, más espesa será la creme fraiche. Puedes ir probando hasta conseguir la consistencia que deseas. Si quieres conseguir una creme fraiche más ligera, también puedes agregar un poco de leche a la nata para reducir el contenido de grasa.
- Tapa el frasco y déjalo a temperatura ambiente durante 24 horas.
- Comprueba como está. Si quieres que sea más ácida, la puedes dejar más tiempo. Si ya tiene la consistencia que deseas, puedes utilizarla de inmediato o guardarla en la nevera. (Al meterla en la nevera se ralentiza el proceso de fermentación y se evita que se ponga agria).
- La creme fraiche de kéfir se conserva mucho tiempo, al menos varias semanas. ;) Con el paso del tiempo puede empezar a ponerse un poco más agria.. (A mí nunca me dura lo suficiente para poder averiguarlo!)
Esta creme fraiche es muy versátil. Si la usas antes de que se ponga muy agria, es casi como un mascarpone y se puede utilizar para postres!
Así que… ¿con qué se puede servir?
Boniato al horno, por supuesto! Es muy fácil cocinar el boniato al horno. Solo hay que limpiarlo y pincharlo con un tenedor para dejar que salga el vapor y evitar que exploten en el horno.
Colócalos sobre la parrilla del horno, encima de una bandeja de horno forrada con papel de horno o aluminio para recoger el goteo, y calienta el horno a 200 ºC (400 º F).
Después de unos 30 minutos, debes comprobar si los boniatos se están ablandando. Cuando estén blanditos, apaga el horno y deja los boniatos en el horno para que se terminen de cocinar mientras tú haces el resto de la comida.
Ya puedes partirlos y servir con su creme fraiche de kéfir casero.