Me han regalado unos trozos de kéfir, y con la leche que produce estoy realizando recetas, sanas y ricas donde poder utilizarlo. El Kéfir igual que el yogur, es una leche fermentada. Sin embargo, no tiene nada que ver con este, ni en el sabor ni en los fermentos que transforman la leche. Este producto, de origen caucásico, tiene un pronunciado sabor ácido derivado de la fermentación de la lactosa (el azúcar de la leche) por los gránulos de kéfir, una comunidad de microorganismos agrupados en una matriz de polisacáridos denominada kefiran.

Estos microorganismos son levaduras y bacterias, que pueden experimentar alteraciones en su composición durante diferentes estaciones o en distintas condiciones, según la cultura. Como probiótico, el kéfir ha demostrado actividad antibacteriana y antifúngica, es decir, de refuerzo de la función del sistema inmune. Como consecuencia de sus atributos beneficiosos, se ha incrementado la investigación sobre el kéfir en los últimos años. El consumo de esta leche fermentada puede resultar más útil durante los meses de otoño e invierno, temporada en la que se es más propenso a catarros e infecciones respiratorias y de otra índole.Mientras el yogur es semisólido y un poco pastoso, el kéfir es líquido. Ambos probióticos tienen diferente presencia, pero además, el sabor es distinto. Esto se debe a su diferente proceso de fermentación. En el kéfir, la mezcla de microorganismos fermenta la leche mediante una reacción lacto-alcohólica, es decir, la lactosa de la leche se transforma en ácido láctico y se produce anhídrido carbónico y alcohol, este último en una proporción inferior al 1%. En el yogur, la fermentación es solo láctica, de modo que la lactosa o azúcar de la leche se transforma en ácido láctico, que le da el toque ácido al yogur natural, aunque más suave que el ácido del kéfir.

Tarta de Queso de KéfirPor el propio proceso de fermentación, la leche se descompone en sus nutrientes más elementales, por lo que el producto resultante es más digestivo y tolerable por parte de personas con intolerancia a la lactosa. Tanto el yogur como el kéfir aportan al organismo microbios que contribuyen a regenerar la flora intestinal y compiten de manera eficiente contra las bacterias patógenas que pueblan el intestino y que, en exceso, son las responsables de la mayor parte de las gastroenteritis.

Como os podéis imaginar, algo tan maravilloso tiene que formar parte de nuestra dieta, así que empiezo mis experimentos con el kefir con esta receta, a ver que os parece.

Ingredientes

  • 2 vasos de kefir, (se puede sustituir por yogur)
  • 1 vaso de fructosa
  • 1 vaso de harina
  • 1 brik de nata de 200 ml
  • 3 huevos
  • 4 quesitos
  • pasas o arandanos al gusto

Modo de hacerlo

  1. Se ponen todos los ingredientes en un bol, se pasan por la batidora hasta que quede una mezcla homogénea, cuando esté se le añaden las pasas .
  2. Se forra un molde con papel de horno, y se añade la mezcla.
  3. Se lleva al horno precalentado 30 minutos,o cuando al meter el cuchillo salga limpio.

Este es el resultado, rico fácil de hacer, y una fuente de calcio maravillosa.

Fuente: My Taste (www.mytaste.es)

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